lunes, 21 de marzo de 2011

Hic et nunc

La nobleza, las grandes palabras, que mal le van

a esta ternura sin mejillas que tocar,

a esta lengua sin labios que entender.

Envilece un amor así que rebota en las paredes del cuarto

o se va cayendo a pedazos de palabras, esto.

Es inútil la argucia y la esperanza,

somos la previsión,

los ojos y la boca orientados al viento.

¿Qué me vale lo que fue, la suave crónica?

Siempre andaré buscándote en el hoy

de esta ciudad, de esta hora.

Si me doy vuelta, oh Lot, eres la sal

donde mi sed se hace pedazos.

Mira de qué sustancias vivo,

pero no me tengas lástima, yéndote así

todavía más.


Aquí y ahora