martes, 31 de agosto de 2010

No hay nada que el tiempo no cure y no lave.
Cortala, no exageres,
no seas tan drástica!
Por fin sacuditelo,
si no nunca vas a ser feliz.
Entiendo de tu terror,
De que todo se termine aquí...
Nos queda el
resto de la vida,

No creo que haya UNA salida

Ésto es para siempre :)

sábado, 28 de agosto de 2010


Te quiero contar lo mal que se vive, lo bien que se está!

viernes, 20 de agosto de 2010

Estas esperando un sms, y te suena el celu. Cuando te acercas a ver dice "Vuelven los Jonas Brother y con personal vas a poder estar ahi! (...)". ESO, es un bajón.

jueves, 19 de agosto de 2010


Tan dulce con un blues amargo~

martes, 17 de agosto de 2010







Soltar el control para llorar de risa

bailar para mi y caminar sin prisa
.
Sé bien que los miedos te avisan
pero los conozco y no te dejan pasar

lunes, 16 de agosto de 2010





Es genial cuando una empieza a buscar fotos y se encuentra con las de este tipo. Cómo nos reíamos con tan poco! Y qué bien que la pasábamos!

domingo, 15 de agosto de 2010

No es bueno hacerse de enemigos que no estén a la altura del conflicto, que piensan que hacen una guerra y se hacen pis encima como chicos

viernes, 13 de agosto de 2010






Pasarla bien no depende con QUÉ, depende con QUÍEN

miércoles, 11 de agosto de 2010

Máscaras

Persona quiere decir máscara y cada uno de nosotros tiene muchas. ¿Hay realmente una verdadera que pueda expresar la compleja, ambigua y contradictoria condición humana? Siempre es terrible ver a un hombre que se cree absoluta y seguramente solo, pues hay en él algo trágico, quizás hasta sagrado y, a la vez, horrendo y vergonzoso.
Siempre llevamos una máscara, que nunca es la misma, sino, cambia para cada uno de los lugares que tenemos asignados en la vida: la del profesor, la del amante, la del intelectual, la del héroe, la del hermano cariñoso. Pero ¿Qué máscara nos ponemos o qué máscara nos queda cuando estamos en soledad, cuando creemos que nadie nos observa, nos controla, nos escucha, nos exige, nos suplica, nos intima, nos ataca?.
Acaso el carácter sagrado de ese instante se deba a que el hombre está, entonces, frente a la Divinidad o, por lo menos, ante su propia e implacable conciencia. ¡Cuántas lágrimas hay detrás de la máscara! ¡Cuánto más podría el hombre llegar al encuentro con el otro hombre si nos acercáramos los unos a los otros como necesitados que somos, en lugar de figurarnos fuertes!.

Si dejáramos de mostrarnos autosuficientes y nos atreviéramos a reconocer la gran necesidad del otro que tenemos para seguir viviendo, como muertos de sed que somos en verdad ¡Cuánto mal podría ser evitado!

E.Sábato

lunes, 2 de agosto de 2010

Ya ves, el tiempo pasó y el mundo se nos vino encima!