viernes, 29 de mayo de 2009


El “había una vez” nos introduce en la historia, es la puerta de entrada. Entramos, 'había una vez', hola que tal estoy en la historia ¿verdad? Pero después del “había una vez” siempre viene algo.- Pero un día, tal cosa. Ese “pero un día” es la parte más importante de la historia Y Por qué? Porque eso es lo que desencadena todo lo que va a pasar. Ejemplo:

'Había una vez una pareja que estaba más o menos, más tirando a menos que a más, pero un día ella conoce a alguien, pasa ALGO y todo cambia…' A partir de ahí es otra historia. Y ese algo pasa puede ser cualquier cosa, un accidente, una sorpresa… un sueño. Un simple sueño y todo cambia. Pero puede ser otra cosa, otra historia: 'Había una vez una pareja que se había terminado, pero un día ella lo ve a el con otra y de pronto renacen todos sus sentimientos'.

Pero bueno, reflexionen sobre esto, sobre el “pero un día”, reflexionen porque es un arma muy poderosa, porque es lo que desencadena el conflicto, y del conflicto viven los guionistas ¿si? “Pero un día”, lo que nosotros técnicamente llamamos factor desencadenante que es el motor de la historia. Sin él, ésta no avanza; el factor desencadenante moviliza a los personajes, los hace tomar decisiones; el factor desencadenante los confunde, los hace equivocarse; el factor desencadenante hace que los personajes entren en conflicto. Y del conflicto viven los personajes, porque el conflicto es lo que los hace avanzar, equivocarse, crecer… El factor desencadenante tiene efecto dominó; se sabe donde empieza, pero no dónde termina.