Yo con la excusa perfecta, para charlar de pavadas. Quiso el destino que esa noche hiciera frío, y que el ruido de los coches me hiciera hablarte al oído.
Y si el diablo se contenta con que dudes un instante. Vos y yo, nuestras miserias y esta noche por delante amor...
¿Quién sabe?
Quiso el destino que ya no hiciera mas frío,y sin coche y sin ruido sigo hablándote al oído.